Proyecto fotográfico que surge a partir de la observación y reconsideración visual de la marginalidad, que si bien se funda en la dimensión social del concepto, busca ampliar el entendimiento de este a distintos aspectos de la realidad, que abarcan aspectos territoriales, identitarios, arquitectónicos, paisajísticos, entre otros. En este sentido, no se trata de una fotografía sobre la marginalidad, sino que la fotografía en sí es marginal; no hay temática externa al medio, ya que el proyecto en sí es un discurso de un modo de hacer fotografías, un comentario sobre un mirar “marginal”.

 

Así, Marginalia pretende, a partir de una visualidad especifica, reconsiderar aquello que se encuentra en el margen y que no suele ser protagónico en los relatos oficiales. Se concibe como continente de lo paupérrimo, lo desantentido y lo desadecuado, que siempre al margen, pareciera estar en un constante intento de encaje e integración a lo institucional. Se trata de un rescate y dignificación de lo no-anecdótico, a través de una estética que podría denominarse “esculturalismo” fotográfico, que intenta a través del estatismo y erguimiento del sujeto/objeto fotográfico, darle a la marginalidad orden y relevancia, pero sin pretensiones políticos o ideológicas, sino que puramente estéticas.